Retraso en el crecimiento intrauterino: causas, diagnóstico y enfoques terapéuticos

El síndrome de retraso del crecimiento intrauterino (RCIU) es una de las complicaciones más peligrosas del embarazo. Aumenta considerablemente el riesgo de muerte intrauterina, provoca el nacimiento de bebés con un peso extremadamente bajo y a menudo se acompaña de complicaciones durante el período neonatal temprano. El hecho de que el RCIU se desarrolle a menudo de manera asintomática y solo se detecte tras un monitoreo dinámico exhaustivo es particularmente inquietante.

¿Qué es el retraso del crecimiento intrauterino?

Se habla de retraso del crecimiento intrauterino cuando el peso del niño es inferior a los valores normales para una etapa de embarazo dada. Según las observaciones, esta condición se presenta en promedio en el 5 al 17,6% de las mujeres embarazadas. Existen tres grados de RCIU, que difieren por el grado de retraso del crecimiento: de dos semanas a más de cuatro semanas.

La forma del RCIU puede ser simétrica o asimétrica. En el primer caso, se observa un retraso uniforme de todos los parámetros antropométricos del feto, que a menudo está relacionado con infecciones congénitas o anomalías genéticas. En el segundo caso, la pérdida de peso ocurre mientras que la longitud y el perímetro craneal son normales, lo que indica un origen más tardío y, por regla general, placentario del problema.

¿Por qué se desarrolla un retraso del crecimiento intrauterino?

Las causas del RCIU son múltiples y pueden incluir factores relacionados con el feto, la placenta o la salud de la madre. Se identifican cuatro grandes categorías causales que conducen a un retraso del crecimiento in utero:

• Los factores constitucionales, es decir, las predisposiciones genéticas o familiares.
• Las condiciones médicas maternas como la hipertensión arterial, la diabetes, las enfermedades cardíacas y vasculares crónicas, las infecciones del aparato genitourinario, el tabaquismo, el abuso del alcohol y una alimentación insuficiente aumentan considerablemente el riesgo de retraso en el crecimiento fetal.
• Las condiciones médicas fetales como las mutaciones genéticas, las anomalías cromosómicas y las infecciones intrauterinas tienen todas una influencia directa en la velocidad de crecimiento del embrión.
• El factor placentario (por ej.: desprendimiento placentario crónico, malformación del cordón umbilical, placenta previa, desarrollo anormal de la placenta, gestación tardía).

Enfoques diagnósticos

El diagnóstico del RCIU se basa en datos ecográficos que permiten evaluar el ritmo de crecimiento, el perímetro abdominal, los parámetros biométricos y el flujo sanguíneo en los vasos del cordón umbilical y de la placenta. La dopplerometría tiene una importancia particular. Las ecografías obstétricas seriadas de la evolución de los parámetros fetales, desde la primera detección, también proporcionan una imagen objetiva.

El médico recopila los antecedentes médicos, evalúa los factores de riesgo, controla la frecuencia cardíaca del feto y el estado general de la mujer embarazada. Solo un monitoreo sistemático y un seguimiento regular permiten detectar el problema en una etapa temprana.

Tratamiento

La táctica depende de la causa y del grado de la perturbación. En algunos casos, es necesaria una compensación medicamentosa para estabilizar la presión arterial, corregir el nivel de glucosa y tratar la infección. En otros casos, se prescriben medicamentos que mejoran la circulación sanguínea entre el útero y la placenta (aspirina a baja dosis). A veces se indica la hospitalización, la oxigenoterapia y la limitación de la actividad física.

Si el estado del feto empeora, se toma la decisión de un parto prematuro. En este caso, es importante que la institución esté preparada para proporcionar atención neonatal de alta tecnología.

¿Hay diferencias entre el RCIU en mujeres que se someten a FIV?

Según estudios clínicos recientes, se observan algunas particularidades que requieren un monitoreo más atento durante un embarazo resultante de una fertilización in vitro (FIV). Esto se refiere principalmente a los casos FIV con donación de óvulos o FIV con doble donación. Sin embargo, es importante destacar que gracias a un control preciso de las etapas de la fertilización, a la selección de los embriones y al diagnóstico inicial, estos embarazos a menudo son objeto de un monitoreo médico más estrecho y cualificado desde el principio.

Las mujeres que se someten a FIV generalmente se someten a exámenes adicionales, como ecografías más frecuentes en una etapa avanzada del embarazo, lo que permite detectar a tiempo las mínimas anomalías en el desarrollo del feto. Este enfoque garantiza un alto nivel de seguridad y permite adaptar individualmente la atención del embarazo, especialmente en caso de factores de riesgo adicionales como la edad, enfermedades crónicas o embarazos anteriores que han resultado en un fracaso.

El enfoque personalizado de la clínica « Natuvitro »

Los especialistas de la clínica « Natuvitro » tienen muchos años de experiencia en el acompañamiento de embarazos por FIV. El enfoque es personalizado para cada paciente: se establece un calendario de exámenes individual, se evalúan todos los parámetros del desarrollo del feto y se implementa una prevención temprana de la insuficiencia placentaria.

Cuando se detectan signos de RCIU, se establece un programa de monitoreo intensivo con la ayuda de médicos especializados. Se utilizan métodos terapéuticos modernos, incluida la corrección del flujo sanguíneo, el apoyo metabólico y, si es necesario, la preparación para un parto prematuro en condiciones de preparación perinatal completa.

Este enfoque permite minimizar los riesgos y asegurar el nacimiento de un niño sano, incluso en las situaciones clínicas más complejas.