Alimentos que las mujeres embarazadas DEBEN y NO DEBEN comer

El embarazo es el período durante el cual un ser humano se desarrolla a partir de un óvulo fertilizado. La mayoría de los productos consumidos por una mujer son transportados, en concentraciones variables, en la sangre hasta el feto a través del cordón umbilical. Por lo tanto, es importante adaptar la dieta de manera que sea lo más segura posible para el bebé, y es por eso que muchas personas se preguntan qué alimentos puede y no puede comer una mujer embarazada.

A lo largo de las 40 semanas de embarazo, la alimentación de la mujer embarazada debe ser saludable y variada. No todos los alimentos son saludables para el bebé, y saber qué no comer durante el embarazo es extremadamente importante para los futuros bebés.

Explicaremos con más detalle las razones por las cuales no debes consumir ciertos alimentos, pero aquí tienes un adelanto: se trata del hígado, los cacahuetes (pueden contener aflatoxinas que pueden dañar al feto), el café y el té fuerte (pueden causar problemas cardíacos al feto), los alimentos asados y ahumados (suelen utilizar mucha sal y contienen muchas sustancias dañinas).

En primer lugar, ¿cómo saber si estás embarazada?

Aunque es posible encontrar algunos síntomas de embarazo 7 días después de la concepción que pueden hacer pensar que estás embarazada, la confirmación suele llegar cuando ya no tienes menstruación y la prueba de embarazo es positiva. Sin embargo, el embarazo debe ser confirmado mediante una ecografía. Si este es tu caso, debes tener en cuenta las siguientes recomendaciones.

¿Qué alimentos no puede comer una mujer embarazada?

Una alimentación equilibrada es beneficiosa para todas las mujeres, embarazadas o no. Se considera que una alimentación equilibrada está compuesta principalmente por frutas, verduras, proteínas, legumbres, cereales integrales y lácteos saludables. Sin embargo, cuando estás embarazada, algunos alimentos pueden causarte problemas, por lo que vamos a empezar hablándote de lo que no debes comer durante el embarazo. No solo por el nivel de tolerancia potencial del bebé, sino también de la madre, ya que algunos alimentos, como algunas frutas, aumentan las náuseas o la acidez estomacal, por lo que es mejor no consumirlos.

Deberás prestar especial atención a tu ingesta de proteínas durante el embarazo. La listeriosis, que es una infección grave, puede tener consecuencias negativas para el feto. Por lo tanto, deberás tener cuidado de mantener una buena higiene en la cocina, pero también evitar ciertos alimentos que pueden estar contaminados con Listeria monocytogenes. Evita consumir:

• Embutidos, patés,
• Quesos de leche cruda,
• Pescado crudo y pescado ahumado,
• Mariscos y moluscos crudos,
• Carne cruda,
• Brotes de semillas (guisantes, soja, trigo...).

Algunos alimentos también pueden causarte toxoplasmosis. Si no estás inmunizada contra esta enfermedad, deberás evitar comer:

• Carne cruda (prefiere las piezas bien cocidas),
• Frutas y verduras que no se hayan limpiado correctamente (es preferible cocinarlas).

También deberás evitar el contacto con gatos y lavarte bien las manos después de pasar tiempo en el jardín.

Para evitar la salmonelosis, es preferible cocinar tus alimentos. La cocción puede eliminar la bacteria, lo que evitará el riesgo de infecciones. Por lo tanto, puedes comer huevos cocidos, ya sea en repostería o en ensaladas, pero evita los huevos poco cocidos o crudos, que podrían estar contaminados. Lo mismo ocurre con la carne, las frutas, las verduras, las semillas.

Cabe destacar que el consumo de alcohol y tabaco también debe evitarse durante el embarazo.

¿Qué alimentos puede comer una mujer embarazada?

El consumo de ciertos nutrientes será beneficioso para el embarazo. Este es el caso de los folatos y del ácido fólico, que se conoce como vitamina B9. De hecho, el ácido fólico puede recomendarse en forma de suplemento durante el período preconcepcional [1]. En la alimentación, encontrarás vitamina B9 en:

• Verduras de hoja verde (espinacas, berro, perejil, apio...),
• Legumbres,
• Hígado,
• Levadura de cerveza,
• Germen de trigo,
• Castaña,
• Algunas frutas (cítricos, melón, mango, frambuesas...).

También se puede considerar un aporte de calcio. Este mineral es esencial para una buena mineralización del esqueleto, pero también juega un papel importante en la coagulación sanguínea [1]. Los alimentos ricos en calcio son:

• Productos lácteos,
• Frutos secos,
• Legumbres,
• Yogures.

Cabe destacar que la vitamina D, que ayuda a la absorción del calcio, también puede ser recomendada. Se encuentra en pescados grasos como el salmón, el atún, la caballa... El hierro, indispensable para el buen funcionamiento del organismo, evitará la anemia. Se encuentra en la carne, pero también en las legumbres y el pescado. Por último, los carbohidratos proporcionarán una fuente de energía preferente, mucho más útil que el azúcar refinado.

Suplementos alimenticios

Es importante tener en cuenta que los suplementos alimenticios, en general, no se recomiendan para las mujeres embarazadas. En realidad, una mujer embarazada puede beneficiarse de un suplemento, siempre y cuando lo hable previamente con su médico. Este podrá realizar pruebas de sangre para ver si el suplemento es realmente adecuado para sus necesidades.

Además, muchos profesionales de la salud ofrecen suplementos alimenticios para acompañar el embarazo.

La vitamina D, cuando no se absorbe a través de la alimentación, debe tomarse como suplemento. Basta con tomarla a diario, con un simple vaso de agua o una taza de té de manzanilla, para un momento de relajación total.

También podrías necesitar un suplemento a base de hierro, ya que las mujeres embarazadas se consideran personas en riesgo en caso de deficiencia. Una deficiencia de hierro puede llevar a la anemia ferropénica.

Por último, un suplemento alimenticio a base de omega-3 podría ser adecuado para ti, para obtener ácidos grasos insaturados.