Embarazo y viajes: lo que hay que saber

Viajar durante el embarazo no solo es posible, sino también beneficioso, siempre que se haga de manera inteligente y se preste atención a los detalles. Las futuras mamás piensan cada vez más en cómo seguir llevando una vida activa sin poner en peligro a su bebé ni a ellas mismas. Un viaje bien organizado puede aportar emociones positivas, reducir el nivel de estrés e incluso ser un paso hacia la futura maternidad.

En primer lugar, es importante consultar a su médico. Esto es especialmente válido para los viajes durante el primer o tercer trimestre. El ginecólogo-obstetra tratante ayudará a evaluar el estado general del organismo, identificar posibles riesgos y determinar si el viaje está permitido durante el período elegido. Esto depende no solo del confort de la futura mamá, sino también de la seguridad del niño.

Entre los factores clave a tener en cuenta al planificar, se encuentran la duración del trayecto, la elección del medio de transporte, las condiciones climáticas y el nivel de infraestructuras médicas en el lugar de destino. El seguro, las condiciones sanitarias, así como el estado físico y emocional de la mujer también juegan un papel importante.

Los viajes en avión durante el embarazo

El avión es un medio de transporte rápido y cómodo, especialmente para largas distancias. Sin embargo, para una mujer embarazada, un vuelo puede ser una prueba. La presión reducida en la cabina, el espacio limitado, la imposibilidad de moverse durante varias horas: todo esto requiere una preparación adicional.

Se debe prestar especial atención al estado del sistema vascular. Las mujeres que padecen varices, edemas e hipertensión deben discutir con su médico la posibilidad de volar. En caso de signos de riesgo de aborto espontáneo, dolor o pérdidas, es mejor renunciar al viaje en avión.

El segundo trimestre es el período más propicio para viajar en avión. En esta etapa, las náuseas generalmente han desaparecido y el abdomen aún no es lo suficientemente grande como para causar una incomodidad significativa. Las aerolíneas a menudo exigen un certificado médico y pueden negar el embarque a partir de la semana 36 (o de la semana 32 en caso de embarazo múltiple).

Elija asientos cerca del pasillo para poder levantarse y moverse. Beba agua, evite las bebidas gaseosas y los alimentos pesados. Durante el vuelo, es útil levantarse al menos una vez por hora, estirar las piernas y usar ropa cómoda. Las medias de compresión también pueden ser útiles para prevenir edemas y trombosis.

Viajar en coche y en autobús

Los trayectos en coche son una forma práctica de viajar, especialmente si la ruta es corta y la mujer se siente bien. Lo esencial es evitar permanecer mucho tiempo en la misma posición. Cada 60 a 90 minutos, es necesario hacer una pausa para caminar, estirarse un poco y descansar.

Es preferible que alguien más conduzca, mientras que la mujer embarazada puede acomodarse en un asiento cómodo con un cojín bajo la espalda, una reserva de agua suficiente, bocadillos ligeros y sus documentos a mano. Es importante no olvidar abrocharse el cinturón pasándolo por debajo del abdomen y ventilar el habitáculo, especialmente durante las épocas calurosas del año.

Los trayectos en autobús son menos recomendados, especialmente si se trata de vehículos antiguos con ventilación limitada. Sin embargo, si se siente bien y el trayecto es corto, esta opción también es aceptable.

Descanso y recuperación durante el embarazo

No es necesario ir lejos para cambiar de aires. Las futuras mamás necesitan descanso y tranquilidad: paseos en lugares pintorescos, escapadas al campo, estancias en centros de bienestar con seguimiento médico o tratamientos de SPA autorizados por el médico.

Aún unas cortas vacaciones pueden mejorar el sueño, reducir la ansiedad y restaurar los recursos internos. Sin embargo, es importante evitar el sobreesfuerzo, ya sea en actividad física o en sobrecarga sensorial. El confort, la seguridad y el equilibrio emocional son los principales criterios a tener en cuenta para elegir un destino y un tipo de vacaciones.

Precauciones adicionales

Al planificar el viaje, es necesario verificar la presencia de clínicas cercanas y la posibilidad de recibir atención médica de emergencia. Es importante llevar consigo su tarjeta de salud, un botiquín de primeros auxilios que contenga los medicamentos prescritos y un seguro que cubra el embarazo.

No se deben prever demasiadas actividades en su programa. Es mejor elegir uno o dos destinos y prever tiempo para descansar y adaptarse. Esto es especialmente importante en caso de un cambio brusco de clima o de zona horaria.

El viaje, un paso hacia la maternidad

Para las mujeres que contemplan un embarazo, un viaje puede ser una excelente oportunidad para hacerse un examen en una clínica especializada. Cada vez más parejas combinan vacaciones y consultas sobre la infertilidad, exámenes o incluso el inicio de un tratamiento.

En países con un sistema de medicina reproductiva desarrollado, como España, se ofrecen servicios de alta calidad, que van desde el diagnóstico hasta los programas de FIV y FIV con donación de óvulos.

Al beneficiarse de ayuda y consejos calificados, puede no solo relajarse, sino también dar un paso importante hacia la maternidad. La mejor opción para ello es dirigirse a la clínica de medicina reproductiva Natuvitro, donde especialistas experimentados le ayudarán a elegir un programa personalizado y le brindarán un apoyo completo.

El embarazo es un período especial durante el cual es especialmente importante estar en sintonía consigo misma. Los viajes, si están bien planificados y aprobados por su médico, pueden ser una fuente de alegría, renovación y confianza en el futuro.