La historia de Ana y Carlos por la Dra. Claudia Forteza

A Ana, de 38 años, le diagnosticaron endometriosis hace apenas 7 años. 

Sufría de dolor pélvico crónico, dismenorrea y dolor durante las relaciones sexuales debido a su endometriosis. Su ginecólogo le recomendó anticonceptivos que ayudaron a aliviar sus síntomas.

Su pareja, Carlos, que entonces tenía 37 años, era un gran deportista y ciclista. No tenía antecedentes médicos particulares, no fumaba y bebía alcohol sólo ocasionalmente.

Hace 3 años Ana y Carlos empezaron a intentar tener un bebé, Ana dejó de tomar la pastilla y hasta ahora no tuvieron suerte, y el dolor pélvico había regresado. Entonces acudieron a Natuvitro para una consulta.

Ana tuvo una ecografía transvaginal que mostró una ARF de 6+5 y un endometrioma de 25 mm en OD y otro de 29 mm en OI. Su nivel de AMH era de 1,10 ng/dL. Durante este tiempo, Carlos se hizo un espermograma que reveló astenozoospermia, que resulta en una movilidad reducida de los espermatozoides, lo que puede dificultar la fertilización natural.

Le di consejos para corregir su astenozoospermia con información sobre cómo mejorar su estilo de vida y cambiar su estilo de vida para optimizar la calidad de su esperma. Le recomendé someterse a un tratamiento antioxidante, no beber alcohol y reducir su actividad ciclista en los meses previos al tratamiento.

En su caso, recomendamos la FIV PGT-A. Ana inició un ciclo de COE para estimular la producción de múltiples óvulos. Durante este proceso, se controlaron periódicamente sus niveles hormonales y folículos ováricos. Se realizó una punción folicular. Se recogieron once ovocitos, nueve de los cuales estaban maduros. Dada la astenozoospermia de Carlos, se decidió realizar FIV con inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI) para lograr una mayor tasa de fecundación. Se fertilizaron y dejaron en cultivo ocho óvulos, tres de los cuales alcanzaron la etapa de blastocisto. 

Los 3 blastocistos fueron biopsiados teniendo en cuenta la edad de Ana, para seleccionar aquellos que no presentaban alteraciones cromosómicas antes de la transferencia. Se obtuvieron un blastocisto sano (euploide) y dos blastocistos anormales (aneuploides). El blastocisto euploide fue transferido al útero de Ana durante un ciclo natural.

Ana quedó embarazada tras el primer ciclo de FIV y dio a luz a una preciosa niña que lleva mi nombre: Clàudia... ¡gracias por este regalo y felicidades a la pareja!